viernes, 5 de diciembre de 2014

miedos

Por primera vez he sentido miedo, miedo al estar sentada en mi habitación, al perder la noción del tiempo, ver que los días pasan a una velocidad que no puedo controlar. , miedo a morir. Una de las cosas que me caracterizan es que nunca me obsesionó la muerte, es más, siempre lo vi una opción buena para terminar con muchas cosas, lo admito. La cuestión es que estoy viva, y ese sigue sin ser mi problema, el problema soy yo, que soy dueña de mis decisiones, de mi vida, de cómo la estoy viviendo, y bueno, no confió nada en que lo pueda hacer bien, me da miedo ser yo la que tenga que tirar adelante con todos los años que me queden, que espero, que sean bastantes.

Si pienso que soy un desastre, si dejo las cosas siempre a medias, ¿cómo espero que mi vida sea la que deseo? Es más, ¿cuánta gente se siente orgullosa de la vida que elige? Y ¿realmente podemos elegirla? Estamos marcados con pautas, desde siempre nos enseñan que lo ‘correcto’ o que alcanzas la ‘vida plena’ cuando tienes unos buenos estudios, un trabajo el cual te permite independizarte, encuentras el amor de tu vida y formas una familia. ¿Realmente eso es vida? Es decir, ¿porque casi todos estamos convencidos que necesitamos es
o?

Y confieso que vivo intensamente cada cosa que hago, porque realmente, lo necesito ya, ¿realmente necesito eso? ¿Por qué la vida es tan corta? Porque decirme, ¿qué son ochenta años para conseguir todo eso sin que sientas que el tiempo te atrapa? Aunque visto de otra forma, si tuviéramos, por ejemplo, mil años, quizás malgastaríamos más el tiempo pensando que tenemos casi una eternidad, porque joder, mil años para mí es algo parecido a una eternidad.

Y siento miedo, miedo a que lo que creo necesitar sea lo incorrecto, me asusta pensar que pueda ser yo la que tenga el poder de ir en una dirección u otra, porque bueno, si existiera el destino, haga lo que haga ¿Lo tengo escrito? ¿No? Algo así. Pero si el destino no existe, si la vida te deja ahí, tirado a manos de ‘Dios’, pues menuda putada.

No hay mucho más que añadir, no hay final, ni principio, pero estoy diciendo todo esto asustada, sin mucho sentido.


Estoy pidiendo salvación, otra jodida vez. 

martes, 2 de diciembre de 2014

Aquí me quedo.

Paseándome como una loca por el andén, queriendo cometer la locura de coger el primer tren y llegar a la última parada. Que cada vez que alguien baje del vagón sea una cicatriz que deje atrás. Y no quiero que mis ojos vuelvan a verte, quiero que esa mierda alcance la velocidad límite y vea un millón de imágenes diferentes y que parezca la misma.

Olvidando por segundo.

Que cuando ya no haya marcha atrás, baje y mi cabeza no haga el esfuerzo de girarse y arrepentirse. Respirar un aire que no haya respirado nunca con nadie. Y que cada pequeño paso que dé, sea uno gigante para empezar de nuevo, de cero.

Pero me quedo en el andén, viendo la gente subir y sin nadie que vuelva...
                                                                                                                        ¿estoy esperando?









martes, 25 de noviembre de 2014

Y perdonarme.

Quiero ordenar esté desastre, mi desastre. El caos que decidiste dejar cuando marchaste, cuando nos separó la puerta, la parada de bus, la distancia. Arrancar trocito a trocito de mi piel, eliminando lunares, cicatrices y ser como una serpiente. Cambiar de piel y así no encontrar rastro de tus huellas. Y es gracioso, porque cada vez que mi mente se pasea la ligera idea de hacerlo, mis brazos se protegen de cualquier acto para olvidarte, olvidarme, olvidarnos. Y me encadeno de nuevo, me siento en el rincón más oscuro de la habitación y doy gracias que desde mi ventana no pueda observar el cielo.


Espero poder perdonarme algún día, perdóname. 


lunes, 17 de noviembre de 2014

Semanas.

Te pido cada invierno para reyes, atrapando mi ‘Peter Pan’ interior. Sigo buscándote, sigo encontrándote, cualquier lugar es bonito para recordarte, para imaginarte, para perder(me).

Pasé de no querer mirar ningún espejo, a pararme en cualquier retrovisor de coche y ver mí reflejo, te encuentro en cada lunar, cada poro;
Cada centímetro de mi piel, arde al recordarte.

Los domingos empiezo a explicarle al ¿corazón? No estoy del todo segura a qué o quién se lo cuento, pero le digo que empiece a olvidarte, de nuevo. Olvidarte para empezar a recordarte el lunes. Y odiarte el martes.

El resto de los días no es que los pasé pendientes de ti, sólo que la maldita música cae como gotitas de agua  y traviesa mi ventana. Entonces quiero volver a meterme en la cama y que estés en ella. Y joder, no estás. Ya no estás.  Con la tontería ya me paso toda la noche del miércoles llorándote, y el jueves no quiero que nadie se de cuenta de mis ojeras, así que intento renunciar a cualquier tipo de emoción, de explicación. 

El viernes, por la persiana empiezan a entrar pequeños rayos de luz, el sol, eso me da vida. Intento arreglar todo el desastre, dejar el caos, dejarme a mí de lado, por ti. Y ahí empiezo a emborracharme, a sonreír, a saltar, evadirme, no existo yo, así que tú tampoco. Me prometo que seré feliz, que está es la buena, que ya no tropezaré con fotografías o cartas borradas por lágrimas. Y ahí me tienes, el sábado de resaca, diciendo, está es la última vez.




La última vez para empezar otro domingo, otra depresión, el circulo, tú y yo, y que ya no pueda escribirlo junto.


martes, 4 de noviembre de 2014

Ya no quedaba rastro de mi loba.

Ya no quedaba rastro de mi loba. Todo lo que un día fui, se esfumo, se consumió con el último incienso de vainilla que encendí para deshacerme de las malas energías.

El tocador lo cambié de habitación. El pintalabios se convirtió en una sombra de ojos, barata. Ya no usaba zapatos de charol, me paseaba las horas por casa, descalza, para irme tropezando con cada esquina, con cada borde de cualquier mueble. Cambié el café caliente, por uno helado, el humo jugaba demasiado con las formas que creaba.

Ya no hay aullidos silenciosos, ahora mis gritos son desgarradores, mi voz a veces se ronca, se quiebra, sobre todo cuando paso por delante de cualquier espejo y de pasada, me da por encontrarme.



Ya no encontrarás ‘mi loba’, entre las líneas.
Mi autodestrucción la controle, ahora quiero un respiro.
Me pondré una capa de piel de cordero y sonreiré, mucho;
Cómo si lo hiciera de verdad.

                                                                                                            de verdad…








viernes, 31 de octubre de 2014

No llegamos tarde.

Lo bonito que será desordenar la cama y que estés tú. Que el frío sea la excusa de acercarme tanto a ti, que seamos las piezas correspondientes de un puzzle distinto. Enredarnos entre mantas y que lo que más me abrigue, sean tus caricias.

Te elijo para ser mi final. Para que mi piel, después de besos por la nuca, no quiera reconocer otro contacto, que se me erice todo si te aproximas. Quiero que de las mil veces que consiga hacerte sonreír, dos mil me enamore de ti. Y estoy diciéndole adiós a todo, menos a ti; Golpeándome el pecho y que tu nombre se clave tanto, que no seas capaz de alejarte, alejarme, alejarnos.

Y no soñar más contigo, no quiero que entres en mi cabeza y me vuelvas más loca. Quiero verte amanecer sin ropa.

Muérdeme fuerte y haz que sienta el dolor, que es real.
Te voy a gemir en la oreja, y no vas a sentir un sonido más aliviador.
Suspira, grita y deja el romanticismo para después. No llegamos tarde.

Vamos a jugar a los juegos más sucios. Vamos a hacerlo lo peor que podamos, y así, seguro que sale bien. Vamos a proponernos una meta y conseguirlo pisando piedras. Lo vamos a hacer tan, tan, tan mal, que el siempre será cierto.




¿Adelante?


Siete, seis, cinco, cuatrotres, dos, uno

domingo, 19 de octubre de 2014

Quiero ser un piano sin teclas.

Quiero ser la banca rota.
Estar por debajo de los grados.
Vivir en constantes tormentas.
Quiero ser una muñeca de porcelana;
Y que sientas miedo.
Estar de rodillas;
Y así no tener que levantarme más.
Vivir cantando;
Y que mi voz este tan rota como me dejaste.
Quiero ser un piano sin teclas;
Y que nadie pueda tocarme nuevamente.

No romperme.
No pedir salvación.
No mirar atrás.

Quiero ser la última opción.
Estar en una lista triste de reproducción.
Vivir atada a mis cadenas.
Quiero ser una cama sin sabanas;
Y que sientas frío en pleno invierno.
Estar en tus sueños;
Y ser la peor pesadilla.
Vivir en un violín sin cuerdas;
Y que tus oídos no puedan encontrarme en ninguna vibración.

No huir.
No encontrar(te).

No asustar(me).  


lunes, 13 de octubre de 2014

Mi princesa de las hadas.

Empezaré por el final, y el final sería dejar un te quiero, un te quiero en cursiva y con todo lo que conlleva la palabra.

Es difícil escribir sobre ti, sobre lo que eres, sobre todo lo que me haces sentir. Es difícil porque la vida no ha inventado palabras adecuadas para una persona como tú. Te miro y me siento orgullosa de tenerte, de que seas mía, de que la vida no me quite el trozo de felicidad que siento cuando estoy cerca de ti.

Cualquiera diría que esto va para ti, Cris, para la persona más bonita que mis ojos se han cruzado. Te miro y veo la belleza en ti, y dime… dime porque últimamente hay dolor en esos ojos, en esa sonrisa, dímelo, explícame porque no puedo arrancarme todos mis sentidos y que te veas como yo te veo y sintieras la necesidad de comerte todo lo que se te venga encima, porque nunca he dudado que eres fuerte.

Quiero que sepas que las promesas si existen, solo hay que cuidarlas, saberlas llevar más allá del orgullo, del amor propio, de las piedras que se crucen en el camino, y apartarlas de los mitos, de las películas falsas, y vivirlas como la realidad de las agujas del reloj. Y yo, te prometo, te prometo que conmigo nunca te faltara un hogar, un lugar donde llorar y reír, unos oídos que van a escuchar mil veces lo que tengas encima de ti y unos ojos que lean lo que ya haya escuchado.

No eres mi amiga, eres mi hermana, la hermana más importante que tengo, más allá de la familia y más allá de todo lo que pueda relacionarse como algo importante.

No vamos a caer, nunca… nunca debemos permitirnos el irnos abajo, el pozo no es nuestra escapatoria. Me da igual llenarnos de moratones por las caídas, me da igual las veces que nuestra cabeza nos traicione, y me da igual tenerle que explicar al corazón que no hay nadie más leal que tú. Y contigo, tengo todo y más. Contigo me quedo. A tú lado. Con tu sonrisa.



Recuerdo el día que me dijiste que en este blog faltaba algo tuyo, aquí lo tienes.




lunes, 22 de septiembre de 2014

Ella.

Ella estaba loca,
loca de remate.
Arrastraba sus converse.
Sucias, muy sucias,
siempre pisando las mismas calles.

Iba dando caladas largas,
así, quizás, olvidaba cada noche de verano frío.
Pero cada vez que el humo salía de su garganta rasgada,
lo recordaba más.

Ya no quería abrirle la puerta a nadie.
Cada vez más decepcionada.
Cada vez más frágil.
Ella, que pensó que la vida sí era bella.
Y… joder, la mintieron.

Dejó de creer.
Las palabras, sólo eran palabras;
Y el viento, era mucho más fuerte.

Ella, se arrancó las alas.
Cerró la ventana.
Toco la última tecla del piano.
Dio el último suspiro.
Dejo los hielos de lado.
Arrancó todas las páginas nuevas de su libro.
Lloró, grito, enloqueció…
Y nunca, nadie fue a salvarla.
 



jueves, 18 de septiembre de 2014

Te lloré 365 noches.

Y ahora…
¿Qué hago con mis demonios?
Ya no estás para asustarlos.
Ahora consigues asustarme a mí.

Yo, que creía que debajo la cama no habría nada,
y… efectivamente.
lo peor estaba envuelto entre las sabanas.
Conmigo.

Adoraba eso de desordenarla,
hacer que se convirtiera en el lugar más divertido,
masoca, perverso, atrevido…
Hasta que dejaste de fumarte el cigarro de después.
Hasta que nuestras pieles dejaron de reconocerse.
Hasta que ya no me besabas mientras follabamos cómo desconocidos.

Juro que repetía cada noche como la primera,
por si la magia que un día nos abrazó, volvía.
Pero…no, no, no.
Cada vez era más sucio, más lejano, más…
Frío.
Raro, porque la excusa no fue que fuera un diciembre.
En pleno verano y… todo tan otoño.

Ahora poco a poco desapareces,
fluyes;
Ya no hay rastro de lo que fuiste, fuimos.
Ya no podré ir y recuperarlo.
Todo es un (bonito) recuerdo;
AMARGO.

Nunca hablaré de ti en presente,
ni en futuro.

Decidiste morirte,
morir dentro de mi corazón.
Te fuiste con la lluvia,
y sólo (quizás) te recuerde cuando aparezca un arco iris.
Pero ya, nunca, volverás con el sol.

Te lloré 365 noches, me arranqué la piel en cada luna llena.
Pero, lo siento…

Ya no queda voz, ni aromas, ni rostros en ti.





martes, 16 de septiembre de 2014

Sálvame.

Me encanta sonar triste, 
realmente no finjo.

SÁLVAME,
save me, please... 
Y nadie, nunca, llegaría a entender como cobran sentido.



Cada noche la misma rutina. Creyéndome que, por arte de magia, el día anterior sería borrado.
Pongo el despertador a la misma hora, sabiendo que me despertaré antes, por la ansiedad.
Notaré el mismo ahogo, la misma soga.
Cada cicatriz.
Mía.
Mías.
Que posesividad.

Mi misma rutina, abriéndome cada una de esas heridas que me permito yo misma.
'Egoísta.
Ni siquiera dejas que te vengan de nuevas, las alejas, y así, caes en la autodestrucción.' 

Triste, pero victoriosa. Sabiendo que yo, soy la única culpable de todas esas marcas, de la voz rasgada, de las lágrimas que no suelto y me clavo.


Ahora busca el sentido, porque no, no lo tiene. 
Mi cabeza está fuera del alcance de todos esos lunáticos. 





Oye...no me hagas caso.
Te estaré esperando, esperando mi salvación.
Sácame de aquí.
Tengo miedo.
Si lo entiendes,
ven a por mí.
Aún puedo recuperar la cordura.





lunes, 4 de agosto de 2014

500 noches;

Sabía lo que era la vida,
pero ya no quería vivirla.
No quería ningún banco con fechas que recordar,
ni tampoco dejar sus huellas (tímida) en el cimiento.
¿Dijo 'te quiero'?
Ahora termino odiando.
La lluvia era su mejor aliada.
Truenos, relámpagos, tonos grises;
Así las pupilas se acostumbraban,
al dolor.
Dolor al recordar(se).

Otra vez esa lista de reproducción,
la música, la jodida música;
Otra vez que se le colaba entre la melodía,
en los timpanos,
las sábanas.
Y sangraba de nuevo.
Se arrancaba los parches y apagaba el cigarrillo justo encima de cada cicatriz.

500 noches para olvidarte y bastó una para morir.


lunes, 21 de julio de 2014

Make a wish...

Quería presentarme con mi nombre, pero lo olvidé. Ni siquiera recuerdo el día en el que nací, sólo pienso en la fecha de mi último aliento, de mi primera y única victoria.
Las muñecas tiritan,
como mi sonrisa,
mis rodillas,
mis ganas…
Tengo 17 veranos, primaveras, otoños e inviernos. Creo que nací el verano más frío o al menos, la soledad cada vez que cumplo un año más, se nota.

Y me pongo el mejor pintalabios,
como para disimular,
como si no se dieran cuenta…
de la mierda, toda la que llevo en mi espalda.
Gracias,
Repito una y otra vez.

Y en ese momento, sólo sé que, el mejor regalo, no está por llegar. Que nadie entrará por esa puerta para sorprenderme, nadie vendrá con una estrella y dejará que pida mi mayor deseo;

Deseo de desaparecer.
Deseo de que este sea el último.
No más fechas, ni velas, ni un poco de pastel en la nariz.
Nada, no quiero nada.
Sólo tráeme mi deseo.






jueves, 17 de julio de 2014

Y voy a decirte...

Y voy a decirte que me quede con ganas de ti, de tocar todo lo prohibido. Pero, señorita, no sé qué tienes que haces que con un sólo roce, sin querer o queriendo, ya esté saboreando el mismo cielo. Cada madrugada recuerdo esos besos tímidos, pero salvajes, desnudándonos el alma, hablando sin articular palabras.

Y juro que si ahora estuvieras en esta habitación, estarías encima de mí. Nuestras manos enlazadas, pero sin olvidar que siempre terminaría en tu cintura, esa maldita cintura. A veces la amo y otras la odio, por ser tan jodidamente perfecta. Y ahora dime ¿acaso estas diseñada para mí?

Quiero tantas cosas contigo, pero la primera es que te sientas extremadamente deseada. Qué entiendas que para mí, el día que naciste todos los Dioses se pusieron de acuerdo para crear un cuerpo tan bonito como el que luces. Y es tanta la adrenalina de poderlo tocar en la oscuridad, sólo se trata de tocar e imaginar. No quiero pensar que sería verlo y jugar, ver esa sonrisa, esa sonrisa que es mejor que el sexo.

Aráñame, la piel y el alma. Haz todas esas cosas locas que se te pasen por la cabeza, no tengas miedo a equivocarte, experimentar, por ti, por mí, por la unión. Y que la cama sea el otro complemento, pero nosotras seremos solo una. 


martes, 15 de julio de 2014

Rolling In The Deep.

La oscuridad, ese momento demente en el que no quieres pensar en nada. Tu cabeza grita, pero agradeces que no existan los silencios. Rolling In The Deep, es suficiente para acompañar una buena sonrisa suicida.

Cuando la gente me mira fijamente solo puedo ocultar mi rostro. Miedo al pensar que pueden huir al ver una mirada tan vacía. Muchos me dijeron que no, que ellos se quedarían, que se acomodarían a mi vida, a mi soledad, que harían de mí alguien mejor, otra vez que mentían. Así que empecé a mentirles yo. ‘Qué tengo una vida normal. Qué mis pensamientos suicidas nunca existieron. Qué Jamás me puse delante de un espejo a contar imperfecciones. Qué para mí la vida es un regalo. Qué soy realmente buena y vital.’ Lo malo es que me lo creo mientras lo digo y luego, cuando miro hacía mis muñecas lo recuerdo todo. Recuerdo el baño, la cuchilla, los susurros imaginarios que hacen  que nada sea real. 
¿Nada es real? 



lunes, 14 de julio de 2014

Qué chupa me pongo para que convine con ellas.

Y me la jugaste. Pensaba que la vida era vida después de ti y no. Ni hielos en el whisky ni sal ni limón para el tequila. Alcohol directo para la mayor herida. Que el mayor moratón apenas este latiendo y que el pintalabios ya no cubra ni la mitad de la sonrisa.

Yo por ti, mi luna, la vida me la quitó y no suspires más, que las mentiras ya se las llevará el viento y me las traerá en forma de gotas en mi ventana.
Abriendo mi armario me encuentro quince chupas de cuero, todas negras. Entre ellas elijo la más oscura de todas. La más rota. Todo para combinarla con mis ojeras.


Esa sensación de ir por la calle pisando hojas, ese leve ruido  cuando se rompen. Sentirse un poco más aliviado. Ahora solo intento encontrarme en la mirada de desconocidos, pero con el miedo de volver a encontrarte. Volver a romperme o rompernos. 




domingo, 13 de julio de 2014

Ahora toca coger aguja e hilo.

La chica perfecta, como si creyera serlo o como si pudiera llegarlo a ser. Todas las veces que me autodestruí por complacer a toda esa gente que me golpeaba cuando más débil me encontraba. Me encariñe al dolor de la decepción, acostumbrada a ser la primera, a no fallar pero fallarme.
Nadie notaba el cansancio encima de mis hombros, cada vez más decaída, cada vez más cerca del suelo (como si pudiera besarlo).
¿Dónde estaba mi lugar?
Nadie acudía cuando abrazaba la almohada buscando cariño.
¿Por qué me dejasteis?
Ni se os ocurra buscarme, yo me fui muy lejos,
Lejos de las miradas tristes,
De la compasión,
De la música.

Odiándome por ser la estúpida, la buena (la tonta), la que se traspone. Aun así escuchar los insultos; la hija de puta, la cabrona, la egoísta. Si toda esa gente supiera que me corte mis propias alas para dársela a los demás. Que pasé noches enfrente de una pantalla consolando mientras yo estaba hecha mierda. Clavándome las uñas, los dientes, las palabras y todo para no preocupar. Todo por hacerles felices quitándome mi propia felicidad, viviendo vidas ajenas y olvidando la mía.

Pero eso ya está Soraya, recuerda:

Nunca nadie mirará por ti,
Puedes ser la última mierda.
Tu vida vale mucho más que instantes de sonrisas.
Primero estás tú luego el resto.
Y es jodido, claro que lo es,
Pero es así, para todos y para ti.
Ahora toca coger aguja e hilo y coserse las alas.
Pasar de página y que no corte.
Cambiar de pluma y que la tinta no sea sangre.
VUELA.


viernes, 11 de julio de 2014

En la huida...

La soga, ni se te ocurra quitarme la soga.
Morir, sólo quiero que mi último recuerdo sea el vapor del baño, mezclarme con el incienso.

¿Y quién me obliga a seguir en pie?
No seáis masocas, esta vida es mía y no la quiero.

Que no me lloren mis vivos,
Mi sonrisa al (no) despedirme será eterna.
Y ahora como último favor,
No me recordéis.
Eso solo sería hacerme vivir en mentes de gente que no quiero,
Vivir y lo feo que suena.


¡Aleluya!
Adiós al odiarme cada mañana al despertar, 
al tinte barato,
todas esas pulseras tapándome cicatriz tras cicatriz, tras cicatriz...

Pensé que no conocería la felicidad,
que ni si quiera la rozaría, 
y...
mírame.
Sería capaz de abrazar la muerte cada noche para sentirme así,
pero no...
La felicidad son sólo pequeñas dosis,
pequeñas e inexistentes.
Así que me voy antes de que este sentimiento desaparezca.
Quien me quiera que muera conmigo.


Cuido mis heridas como de mi vida.

Y ahora contaré el final de mi historia porque el nosotros ya no existe. La perfección se volvió fría, tan fría como el hielo, tanto que rompió, tanto que todo lo que se derritió fue a la peor alcantarilla.
Creí tanto en ti que paseaba con los ojos vendados y un cuchillo detrás de la espalda, sin miedo, pensando que si quedaba alguien como tú encontraría a mil personas así. Hiciste que creyera en la gente, en lo bonito de la confianza, si estabas tú sobraba la maldad. Todo esto hasta que me lo serviste con doble sopa. La dulzura de todo ese tiempo ahora era el cuchillo clavado. La esperanza de tus palabras era los insultos del resto. La mala. Como si mis heridas las pudiera sanar con mi mirada loca, como si mis pasos dejaran de temblar al aparecer otra persona que no seas tú. Como si esta mierda la pudiera pintar del rosa que estaba acostumbrada.

Ahora voy a golpes con el mundo y… conmigo.
Ahora ya no me encuentro ni en el mejor espejo.
Ahora siento miedo a las miradas conocidas por si resultan ser como la suya.

Y ni el mejor de los milagros harían que mis heridas pudieran ser regaladas, ahora soy egoísta, viviré con ellas, para aprender, para aprender que las bonitas palabras se vuelven tatuajes permanentes. Ahora caminaré con la cabeza baja para ser la chica misteriosa, dolida, la otra.




martes, 8 de julio de 2014

Tres puntos finales.

Ahora me amas en la distancia,
Cerca no supiste.
Ahora lloras en soledad,
Las sabanas jugaron malas pasadas.

Y cariño…
Cuando yo estaba en la cuerda floja,
Y me empujaste.

Cuando mis pensamientos se volvían masocas,
Y no me escuchaste.
Cuando te reclamaba y te alejabas,
Y mi sombra iba detrás.
Cuando tus palabras se metían como puñales,
Y espinas de esa rosa negra.
Cuando tu mirada demostró desprecio,
Y no deseo.
Cuando no valoraste  el sexo,
Y me sentí sucia.
Cuando me dejaste rota,
Rota…

Y cariño…
Las noches hasta las tantas marcándome con un cutter,
Los días quemando mis ojos viendo el sol directamente,
Las tardes en ese banco con una fecha borrada…

Y cariño…
Ya no estoy, ya no estas, ya no estamos.

Y cariño…
Siento que rompieras esa cuerda,
Siento que no supieras reconstruirme,
Siento que la locura se haya apoderado de mí.
Siento morir hoy aquí.
 ...


martes, 24 de junio de 2014

Tengo demasiados libros escritos en mis ojeras.

Estas serán mis últimas palabras. Mi último suspiro te lo regalo. Todo tuyo, por no quererme o por quererme de la peor manera. Caminando en la cuerda floja, a punto de saltar porque sé que nadie estará amortiguando mi caída.

Sexo vacío. Caricias con ácido puro. Besos sabor Camel. Un abrazo después de un golpe. Una rosa después de una infidelidad. Una sonrisa con un zorra saliéndote entre dientes.

Échame de menos porque de más ya lo hiciste. De menos a mí… y (nuestro) bebé. Sí, ese que me hiciste obligándome después de una noche de borrachera. En el cielo le cuidaré mejor, lejos de ti todo es mejor.



Mi última carta para mama:

  • No llores. Sonríe porque ahora estoy en el mejor lugar, con la abuela. Siento no haber sido la mejor madre como eras, eres y siempre serás para mí. Ahora una sonrisa doble porque ¡Eres abuela! Aunque ya nunca le pongas cara, seguro que le saldrían los mismos ojos verdes camaleones que solo tú me regalaste. Siento estar tan lejos de ti. Tan sumamente lejos. Pero ahora hay tres personitas que te protegen. No cometas la misma locura, mama. No dejes solo a papa nunca. Siempre os envidie, él te cuida y te protege como ninguna, vaya, que ni la mejor película os puede ganar. Quizás todas las noches me reproches el haberme ido, el no luchar. Quizás me llames egoísta por haber terminado mi vida y no dejar empezar la de mi bebé. Mama… yo cada noche lloraba, cada noche recibía fuertes patadas en mi tripa, cada noche tenía miedo por si ese hijo de puta terminaba conmigo, así que decidí hacerlo yo. Iba a ser mala madre, muy mala madre. Así que hasta aquí mis gotitas de agua. Te quiero; en el cielo mira siempre la estrella que esté a la derecha de la luna, allí estaré, lo prometo. 



sábado, 21 de junio de 2014

Mi loba.

Me odie. Me odie mil veces por todo aquello. La mierda de sociedad hacía que me autodestruyera más. Mi mente era toda oscuridad y eso asustaba. Decían que dejar la mente en blanco era difícil ¿no? Imaginaros negra.

Me tocaba, me cortaba, me tocaba, me cortaba y así hasta llegar a la desesperación de un aullido silencioso.Mi loba’ me decía. Y me odie.  Perdí la cordura en lágrimas escritas por la pluma. Tinta no quedaba, pero otra vez que abría una cicatriz y así te volvía a escribir.

No habrá mayor dolor que recordarte ni mayor victoria que olvidarte. Recordarte será dejar de respirar y olvidarte dejar de existir.

Café muy amargo con doble hielo, así luego me entretengo y jugueteo con ellos (como si en ese entonces se evadieran mis pensamientos suicidas).

Jazz, un tocador con el mejor pintalabios, zapatos de charol y un cristal esperando. Esperándome.
Mi mente dejo de funcionar así que el corazón le siguió. Solo recuerdo quien eres cuando me corto, cuando la sangre sale espesa, cuando me viene ese leve mareo, cuando cae lluvia de mis ojos sin inmutarme. Masoca. Masoca yo por querer recordarte cada amanecer.




jueves, 19 de junio de 2014

Moratones color violeta.

Hace cinco años el espejo era mi mejor amigo, en el me miraba y pasaba las horas poniéndome guapa (o eso creía) como si la sonrisa se pudiera mejorar, eh. El colorete color ahumado quedaba genial con mis pecas. Resaltaba mis pestañas y me miraba tímida, como si estuviera haciendo algo malo, como si decir ‘pues tampoco estas tan mal’ fuera un delito.

Que poco duro… ¿no? 

Cada vertebra se nota en mi columna, en ocasiones deja moratones color violeta que adoro. Ninguna pulsera me queda bien sujeta en la muñeca, pues se caen y que gran victoria. Las uñas pierden su color, pero nada que no pueda tapar con un poco de pintauñas negro. Esa fabulosa separación entre mis piernas. Cada noche me toco las costillas para dormir, parecen sierras clavándose en mis yemas. La gente me mira con ojos tristes ¿Qué les debe pasar? Seguro que es envidia, envidian todo lo que tengo y ellos no. Solo saben decir ‘engorda’, si claro, como si no supiera que eso es para verme peor a su lado. Como tirar a bordo las mil noches en el baño limpiando mi estómago como si de mi vida se tratara (ahora que lo pienso…vivo para ello ¿no?)


Mis amigas ya no me vienen a ver, nunca contesto las últimas llamadas del teléfono, mi voz parece estar cogiendo otro tono, mis dientes amarillos me producen escalofríos, mis manos temblorosas ya no pueden pedir ayuda, mis piernas no coordinan los pasos. Mi mente ya no pertenece a mi alma. Ya nadie puede darme un pellizco, ni un buen achuchón. Pero eso no importa… no importa porque he vuelto donde me quede hace cinco años, enfrente del espejo. Me veo y no es un ‘no estas tan mal’ si no un perfecta. 

Perfecta…



martes, 17 de junio de 2014

¿Otra vez la botella? Otra vez es por ella.

Era mi primer y único amor. Un vicio para mí. Del barato. Era dañino pero eso hacía que me gustará más. ¿Qué le hacía real? La manera que tenía de protegerme de los saltos sin paracaídas. Jamás me dejaba sola por las noches. Nos besábamos viendo la luna.

Apareció posiblemente en las peores épocas de mi vida, la gente me decía ‘Oye déjalo, no te conviene.’ Envidiosos. Nadie estaba cuando las lágrimas ardían igual que mi garganta. Mi mayor refugio era encontrarme envuelta de su calor, aún que a veces necesitábamos hielo.


Y me voy a quedar contigo, mi amor. Entre todos, te elijo a ti. Tú que me envuelves las penas,  que me hace olvidar que el sexo es la clave. Voy a quedarme todas las noches que me queden de vida a tú lado y si eres capaz de matarme, hazlo. Muero por  y para ti. No quiero otro amor, no quiero otro amor que me remplace este vacío. No es de película, pero puedo repetirlo… es real. ¿Acaso se creen que las bobadas del cine son reales? No, claro que no. Por eso se encuentran de rodillas besando el suelo cuando les dan la patada. En cambio… tú, tú jamás harías eso, no serías capaz de abandonarme. Eres lo más sincero y puro que tengo por mi cuerpo. 

Y si algún día me fallas, si algún día te da por derramarte como yo, no importa, cielo. Iré de nuevo a la estantería de Mercadona, cogeré el vodka y así, así todos los días de mi vida.


lunes, 16 de junio de 2014

Sacando a flote un pasado entre(cortado).

Como una muñeca de porcelana. Ojos vacíos. Sonrisa pintada. Con el único fin de dar miedo o quedar hecha pedazos. Ya nadie se acerca a mí, por más que lo intenten, acaban huyendo. Siempre que entran dicen que ellos no serán así, que tampoco estoy tan loca como pinto. Se mienten.


Ayer me duché entre gotas de sangre, odiando todo lo que era mi envoltorio. Quise cortarme hasta que mi piel desapareciera, ya no quería sentir el terciopelo y mucho menos las caricias ardientes de gente que solo miente. Voy a quedarme aquí sola, esta noche y… la siguiente. Voy a fumar hasta que solo haya humo en mis pulmones. Matándome lentamente porque la muerte es mi mayor victoria.


domingo, 15 de junio de 2014

Ni la mejor montaña rusa.

Me pasaba horas en mi soledad, la misma que trabaje años duros para conseguir
Por alejarme y alejarles.  
Únicamente pinte tristeza en mis folios de sangre oscura.  Cada palabra que salía por esa boca tan abandonada aseguraba que mi identidad estaba nublosa, como mi visión.

Todos los días en una montaña rusa me hicieron decidir que estando abajo era mejor. No sabía que perdería el norte. 


¿A vosotros os contaron que el peligro y éxtasis eran mejor? A mí no
Por eso paso tic tac tras tic tac lamiendo las gotas de las heridas que abro cada amanecer.
No me busquéis, posiblemente ya no tengo buenas palabras para nadie (y menos intenciones).

Antes estaba subida en un altibajo de vértigo.
Ahora me encuentro nadando entre mi lluvia.
Despuésposiblemente nunca sepáis lo que vienen a continuación.

sábado, 14 de junio de 2014

Un calendario con un siete señalado.

Mi vida empezó a ser el mejor caos cuando decidiste entrar en ella. Mi equilibrio quedo en la cuerda floja pero nada que no pudiera soportar. De un corazón de acero lo convirtió en medio hielo. Era de esas chicas que debían mantener el orden en su mente para no perder la cordura. Lo mantenía todo al milímetro, cuidaba de eso como si la vida se le fuera entre las manos, como gotas de agua, esas que resbalan y terminan mezclándose con el asfalto.

Odiaba compartir aspectos de su vida y mucho más sentimientos. Se juró que jamás volvería a ser muñeca de trapo de nadie, prefería golpearse cada noche al encontrarse delante del espejo. Maldito el primer día que intercambiamos palabras, malditas palabras que se volvieron una condena.

Quise evitarte mil noches pero eras como ese jodido imán, la frase de ‘ni contigo ni sin ti’ nos quedaba como anillo en el dedo. Juraste tantas cosas, cielo, que ahora me siento perdida. Un verano muy frió decidí que las únicas promesas que creería serían las de mi abuela, la fallé, me fallé. Empecé a creer más en ti que en mí y vaya desastre.

Ninguna distancia era más jodida que el miedo que te abrazaba cada noche. Decías que me querías con los ojos iluminados pero la boca temblosa y eso hacía que perdiera el norte, la fe. Intentabas por todos los medios que yo creyera que de ti todos se alejaban, que les hacías daño, les decepcionabas. No te creí. Nunca quise creer que serías capaz de alejarme de tu vida (la vida que yo quería contigo). Ahora te llamo cobarde, cobarde y estúpida la idea de quedarte con lo que día a día te tormenta, prefieres mil mentiras a intentar la mejor realidad que te podías haber ganado.

Te miento si te digo que odio y me golpea la idea de decirte adiós, quédate con un hasta luego.

Hasta luego por qué estaré viéndote a lo lejos.
Hasta luego por qué serás lo más bonito que un día descubrieron mis ojos.
Hasta luego por qué cuando te sientas sola haré lo posible para que encuentres mi voz.
Hasta luego por qué no quiero ser la causa de tus miedos, de tu cobardía.


Adiós (para ti), preferiste ser la mitad de dos personas. Que mis caricias fueran a otras pieles ajena a la tuya. Por demostrar que soy de ese montón que prefieres separar. 

Quizás sea lo más inteligente. Las chicas dementes no están diseñadas para nadie, ni para ti.


jueves, 12 de junio de 2014

Vecino del 4º B.

Me llamo Carlos y tengo veinticinco años. Dicen que las únicas que se pasan las 24h del día compitiendo  unas con otras son las chicas, que los chicos somos más de ser tal cual y no andar con rodeos. ¿Será verdad? ¿Somos así los chicos? Si fuera así el Karma lo habría pagado con raíces conmigo.

Cada mañana al despertar intento evitar el espejo, dejo las gafas en la mesita de noche blanca y así también huyo del espejo del final del pasillo, es por la única cosa que estoy orgulloso de ser miope. No tanto por las ojeras que me han dejado estas.

Admiro la facilidad que tienen las mujeres de contarse sus problemas, sus inseguridades. Yo jamás sería capaz de llamar a mi mejor amigo y contarle que me siento con una autoestima bajo cero, supongo que se reiría y no cabe decir que llamaría al vecino del 4º B para que juntos se rieran de esa gilipollez y yo tuviera que decir que era una cosa pasajera.

Las chicas siempre me fallan o terminan huyendo, nunca apuestan por mí, sé que no soy gran cosa, pero… yo siempre les aseguro la mejor vida. Harto de leer que están rotas por hijos de puta y después que pidan un príncipe azul. Jamás tuve sexo. Gran problema para mí, para mi autoestima. Podría contarle al primero que me acompleja el no saber si soy bueno en eso o no, todos se compadecerían y me dirían:

-Pues yo Carlos, ojalá pudiera borrar mi primera vez, no debes avergonzarte.

No me sentiría mejor, es más, me sentiría estúpido al pensar que por su mente esta pasando todo lo contrario, que en ese momento tiene un ángel y un demonio. Uno riéndose de mí y el otro compadeciéndose (y no sabría decir cuál es peor).


Esta es mi historia, la de un chico a falta de caricias, de rozaduras de piel, sexo duro, el cigarro de después, una mejor sonrisa, la facilidad de ser un poco más cabrón. Ahora bórrela de su memoria, piensa que vivo en la sencillez de los días, que el humo que suelto con las caladas lo hago con la rapidez de olvidar el dolor que me mata. O debería borrarla yo…


miércoles, 11 de junio de 2014

Olor a dolor en el café.

Ella se paseaba las veinticuatro horas del día enredando su pelo con el dedo índice. Eso le calmaba, hacía que no perdiera el norte de sus pasos indecisos. Nunca se la veía sonreír, pues cabe decir que siempre iba con su larga melena negra azabache tapándosela. Era medio misteriosa, medio por que solo una mitad la acompañaba. Estoy segura que su otra mitad se perdió hace mucho tiempo, porque si no ¿Quién explica esos ojos tan vacíos?

Lucía bellos tacones, su ropa siempre tan oscura como la sombra que le perseguía hiciera o no sol. Siempre de negro, lo único que destacaban eran los zapatos, siempre tan llamativos ¿casualidad? ¿O solo era confusión?


Cada noche tomaba un café con hielo, bien cargado, bien amargo, como el dolor que corría por todas sus venas (esas que a veces cortaba para sentirse mejor). El dolor físico ya no existía. Ha esa mujer un día la decepcionaron todos, absolutamente todos, se quedó con lo puesto, con un corazón lleno de moratones y sin un hombro donde llorar. Su mente nunca salió de ese juego macabro, todas las noches con los mismos sueños, quizás le daba miedo afrontar la vida real. Quizás para ella era mejor verlo todo blanco y negro. A veces los colores dañan la vista.