lunes, 22 de septiembre de 2014

Ella.

Ella estaba loca,
loca de remate.
Arrastraba sus converse.
Sucias, muy sucias,
siempre pisando las mismas calles.

Iba dando caladas largas,
así, quizás, olvidaba cada noche de verano frío.
Pero cada vez que el humo salía de su garganta rasgada,
lo recordaba más.

Ya no quería abrirle la puerta a nadie.
Cada vez más decepcionada.
Cada vez más frágil.
Ella, que pensó que la vida sí era bella.
Y… joder, la mintieron.

Dejó de creer.
Las palabras, sólo eran palabras;
Y el viento, era mucho más fuerte.

Ella, se arrancó las alas.
Cerró la ventana.
Toco la última tecla del piano.
Dio el último suspiro.
Dejo los hielos de lado.
Arrancó todas las páginas nuevas de su libro.
Lloró, grito, enloqueció…
Y nunca, nadie fue a salvarla.
 



1 comentario:

  1. Me gusta como escribes, pero no me gusta pensar que sientes todo eso... Es demasiado triste, jo.

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