lunes, 4 de agosto de 2014

500 noches;

Sabía lo que era la vida,
pero ya no quería vivirla.
No quería ningún banco con fechas que recordar,
ni tampoco dejar sus huellas (tímida) en el cimiento.
¿Dijo 'te quiero'?
Ahora termino odiando.
La lluvia era su mejor aliada.
Truenos, relámpagos, tonos grises;
Así las pupilas se acostumbraban,
al dolor.
Dolor al recordar(se).

Otra vez esa lista de reproducción,
la música, la jodida música;
Otra vez que se le colaba entre la melodía,
en los timpanos,
las sábanas.
Y sangraba de nuevo.
Se arrancaba los parches y apagaba el cigarrillo justo encima de cada cicatriz.

500 noches para olvidarte y bastó una para morir.