martes, 15 de julio de 2014

Rolling In The Deep.

La oscuridad, ese momento demente en el que no quieres pensar en nada. Tu cabeza grita, pero agradeces que no existan los silencios. Rolling In The Deep, es suficiente para acompañar una buena sonrisa suicida.

Cuando la gente me mira fijamente solo puedo ocultar mi rostro. Miedo al pensar que pueden huir al ver una mirada tan vacía. Muchos me dijeron que no, que ellos se quedarían, que se acomodarían a mi vida, a mi soledad, que harían de mí alguien mejor, otra vez que mentían. Así que empecé a mentirles yo. ‘Qué tengo una vida normal. Qué mis pensamientos suicidas nunca existieron. Qué Jamás me puse delante de un espejo a contar imperfecciones. Qué para mí la vida es un regalo. Qué soy realmente buena y vital.’ Lo malo es que me lo creo mientras lo digo y luego, cuando miro hacía mis muñecas lo recuerdo todo. Recuerdo el baño, la cuchilla, los susurros imaginarios que hacen  que nada sea real. 
¿Nada es real? 



3 comentarios:

  1. Es un texto triste... la vida es preciosa, con altibajos -a veces muy duros- pero nada realmente vale la pena como para destruirnos o acabar con nosotros. Te sigo, un muack ♥

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  2. Y decirte que creo que es de los menos tristes que escribí. Voy a leerte, un besito!

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