La oscuridad, ese momento demente
en el que no quieres pensar en nada. Tu cabeza grita, pero agradeces que no
existan los silencios. Rolling In The Deep, es suficiente para acompañar una
buena sonrisa suicida.
Cuando la gente me mira fijamente
solo puedo ocultar mi rostro. Miedo al pensar que pueden huir al ver una mirada
tan vacía. Muchos me dijeron que no, que ellos se quedarían, que se acomodarían
a mi vida, a mi soledad, que harían de mí alguien mejor, otra vez que mentían. Así
que empecé a mentirles yo. ‘Qué tengo una vida normal. Qué mis pensamientos
suicidas nunca existieron. Qué Jamás me puse delante de un espejo a contar imperfecciones.
Qué para mí la vida es un regalo. Qué soy realmente buena y vital.’ Lo malo es
que me lo creo mientras lo digo y luego, cuando miro hacía mis muñecas lo
recuerdo todo. Recuerdo el baño, la cuchilla, los susurros imaginarios que
hacen que nada sea real.
¿Nada es real?
Escribes demasiado triste...
ResponderEliminar*abrazo*
Es un texto triste... la vida es preciosa, con altibajos -a veces muy duros- pero nada realmente vale la pena como para destruirnos o acabar con nosotros. Te sigo, un muack ♥
ResponderEliminarY decirte que creo que es de los menos tristes que escribí. Voy a leerte, un besito!
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